Concepción Dolcet fuiste esa sal
que nombre el poeta
tu voz también cantó
y fue escuchada,
siguiendo a María Ana
recreaste en acción
su carisma
generosa intención que animó
los futuros caminos.
Comprendiste y con entusiasmo
latió tu pasión
por las niñas,
las más excluidas.
Educar con amor
su corazón
las salvó de nuevas heridas.
Tus hermanas
mostraron quién eras,
¡Reja Grande, salió al encuentro
respondiendo a necesidades,
cumpliendo tus sueños.
Iluminando con talleres
Moreno!
¡Madre Mogas por vos,
nuevamente, se hizo presente!
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